Un árbol no tiene necesidad de ser podado. Es el hombre quien provoca su necesidad, introduciendo al árbol en medios particularmente limitados, alejados de formas naturales y perturbando su desarrollo. Las operaciones de poda constituyen prácticas precedentes que permiten una mejor adaptación del árbol a su medio. Además, y excepto algunos casos particulares, ningún corte hace bien al árbol. Por ello, la poda de árboles singulares constituye un tratamiento que requiere de conocimientos especializados así como de técnicas sofisticadas de trepa y corte.
Con el objetivo de alcanzar una adaptación del árbol a los cambios ambientales, limitar la propagación de enfermedades o garantizar la seguridad del público, Fitoaragón dispone del personal cualificado para ejecutar las siguientes operaciones:
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Análisis visual del árbol.
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Estudios estáticos de madera.
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Localización de cavidades y pudriciones.
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Supresión de estructuras dominadas.
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Recuperación de ramas rotas y antiguos cortes.
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Supresión de ramas muertas, tocones y chupones.
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Cableado de estructuras debilitadas.
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Drenaje y sellado de cavidades.
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