La jardinería sostenible pretende optimizar recursos naturales, humanos y económicos con el objetivo de conseguir espacios verdes más naturales y mejor adaptados a su entorno próximo, útiles, recreativos, y con requerimientos de mantenimiento ajustados.
Para conseguir estos objetivos resulta fundamental una selección adecuada de especies, a ser posible originarias del paisaje en el que se interviene o que presenten patrones de comportamiento bien adaptados a las características ecológicas del espacio. De este modo las plantas mostrarán ritmos de crecimiento satisfactorios, con menores incidencias sanitarias, mayor resistencia general frente ataques exógenos, menores requerimientos de recursos naturales (agua, nutrientes, etc) y con una mayor integración en el paisaje circundante.
Los beneficios que reporta la jardinería sostenible se manifiestan en el ahorro del agua, una menor necesidad de compuestos de síntesis (fertilizantes, productos fitosanitarios), una mayor integración de las actuaciones en el paisaje en el que además se reducen las intervenciones de poda, una racionalización de los costes de mantenimiento y un incremento de la diversidad de especies tanto animales como vegetales.
En este sentido, Fitoaragon incorpora en sus esquemas de diseño el estudio de las características ecológicas del espacio, una selección adecuada de especies, así como la creación de un entorno apropiado para la evolución satisfactoria del ajardinamiento.
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